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  • Las3Claves
  • 22 de marzo 2021

Qué son los NFT y por qué se venden por millones entre coleccionistas

Desde arte digital a tarjetas coleccionables virtuales, los NFT han generado ventas por millones de dólares.

¿Puede una persona comprar un tweet, un video de una clavada de un partido de básquetbol o una obra de arte digital? Una de las características de los bienes digitales es que son infinitamente reproducibles y copiables. Un video de una jugada puede ser reproducido millones de veces en YouTube. Una imagen digital puede ser copiada millones de veces y usada como fondo de pantalla o en cualquier lugar.

Un tweet está disponible en Twitter para que cualquier persona lo vea - y sin embargo, hoy se vendió el primer tweet de Jack Dorsey, cofundador y actual CEO de la compañía, por US$2,9 millones. ¿Cómo es esto posible?

1. ¿Qué son los NFT?

Para que estos bienes digitales tengan un valor y se puedan vender, se creó una manera de generar escasez artificial para los mismos a través de los Non-fungible token (NFT). Estos representan un bien virtual - un archivo de audio, video o una imagen por ejemplo - con una firma única, de manera de hacerlo exclusivo. Este NFT queda registrado en una blockchain, es decir, un registro digital, donde se anota cada comprador y la prueba de su propiedad sobre el bien virtual.

Algunas personas esperan que los NFT permitan trasladar el mercado de los coleccionistas al mundo digital. Aunque se crearon en 2015, los NFT han acaparado titulares recientemente por algunas ventas hasta por millones de dólares. Por ejemplo un video del artista digital Beeple fue vendido por la famosa casa de subastas Christie's por US$6,6 millones. La imagen de cabecera también es de él (aunque ya no). El meme de Nyan Cat se vendió por US$507 mil y un video de 50 segundos hecho por la artista Grimes por casi US$390 mil.

Comprar un NFT no entrega acceso exclusivo a los archivos, ni le da al comprador la "copia original". Solo lo inscribe en el blockchain como el dueño. En la mayoría de los casos, cualquier persona puede seguir accediendo a los contenidos y haciendo infinitas copias libremente.

2. La NBA, un mercado de colección

Uno de los impulsores de toda esta fiebre es la liga de básquetbol más importante del mundo. La NBA y la empresa Drapper se asociaron para vender jugada icónicas de distintos jugadores, conocidas como Top Shot. "Colecciona, intercambia y juega con los mejores jugadores, momentos e íconos culturales de la NBA", dice el sitio oficial. Es la versión 2021 de las cartas de colección, usando los NFT para hacer una cantidad (artificialmente) limitada de cada carta.

El sitio ofrece paquetes de tarjetas con jugadas destacadas virtuales de la temporada NBA, como clavadas, tiros ganadores, asistencias espectaculares y jugadas más normales. Todo depende del valor del sobre que pague el aficionado, los que se pueden comprar desde US$9. Además, cada jugada se puede vender en un mercado y se puede valorizar (o devaluar), según la carrera del protagonista. Son una apuesta.

Cada acción destacada tiene un número que indica la cantidad de veces que se encuentra repetida esa jugada en los diferentes paquetes. Obviamente, mientras menos unidades existan, más exclusiva será. La jugada del joven Ja Morant sobre Aron Baynes en la temporada 2019-2020, ya fue vendida el 22 de febrero por US$100.000. Este negocio ya ha movido US$230 millones hasta fines de febrero.

3. Las dudas

Para los creadores de bienes y arte virtual, los NFT representan una oportunidad de generar ingresos, en un mercado que, de otra forma, sería imposible. Los NFT incluyen una funcionalidad que permiten que el creador obtenga un porcentaje de cada venta futura del bien virtual.

Para los coleccionistas funciona como un bien especulativo, donde una persona lo compra esperando que suba su valor en el futuro para venderlo y generar una ganancia.

Sin embargo, también hay un importante grupo de críticos observando todo este mercado. Algunos han alertado respecto a que gran parte del sistema está siendo mantenido por startups pequeñas y que está construido de una manera frágil. Por ejemplo, en muchos casos el NFT no hace referencia al archivo digital mismo, sino a un link donde el archivo está alojado. Si el enlace deja de funcionar, el comprador queda como dueño de un enlace malo.

Otros han calificado a todo el asunto como una estafa piramidal, y que está intentando convencer a las personas de comprar "optimismo imaginario" - ya que los archivos digitales siguen siendo infinitamente reproducibles por todo el mundo aunque tengan un dueño inscrito en blockchain.

La tercera crítica es por el impacto medioambiental: los tokens funcionan de manera similar a las criptomonedas, donde se requiere de mucha electricidad cada vez que se inscribe un bien digital en un blockchain.